jueves, 27 de noviembre de 2014

Jerga colombiana...¡que chimba!

Fue sólo en mi trato constante con la población local, donde fui adquiriendo consciencia de que las variantes que presenta el habla de nuestro español son más profundas y diversas de lo que a simple vista pudiese pensarse o imaginarse. 


Sin perder de vista el clásico refrán italiano que sentencia:"Traduttore, tradittore"; señalando que el que traduce, traiciona; voy a ofrecerles un pequeño muestrario de lo que el habla popular ha incorporado y que salen al encuentro con la frescura de lo vivo y cotidiano. 
En Colombia al auto lo llaman carro, al estacionamiento parqueadero, al autobús pequeño de servicio público se lo llama buseta, el tráfico vehicular es un trancón (siempre tenaz) y el que molesta mucho es un cansón. Se monta en cicla no en bicicleta, la bicisenda es cicloruta, las zapatillas son tenis y no se ablandan, sino que se amansan.
El patacón es una rebanada frita de plátano, la sandía es patilla, la palta es aguacate y la mandioca es yuca
El tinto es el café sin leche y sin crema, la aromática es un té de hierbas y el dulce de leche es arequipe. En la olleta se prepara el chocolate, el parcero será amigo y el porro no se fuma, se baila. Aquí se va de rumba no de fiesta, la tusa tiene que ver con el despecho amoroso y vaina puede significar cualquier cosa. 
Si te regalan te sirven o te traen lo que has pedido, si te vacían te regañan, si te gusta es chevere o si es bueno es chimba y si es pequeño es chino
Tragarse es sinónimo de enamorarse, el apendejado es atontado, emputarse significa enfadarse, si tienes resaca estas enguayabado y si estas excitado sexualmente estás arrechado.
A un cuerpo voluminoso lo llaman acuerpado, el cabecipelao no tiene pelo, el aguacero es una lluvia repentina y abundante, y una pola o pochola es una cerveza. Marica es una muletilla usada con gente de confianza y berraco es una persona que pone mucho empeño para realizar algo. 
Ahora es ahorita, elefantito es elefantico y la fruta es frutica. ¡A la orden! es un gracias o de nada, coger es tomar, y ¿que más? es cómo estás. 


Colombia es un crisol de razas en donde se funden múltiples culturas, idiosincrasias y lenguas. Al escribir y tratar de enumerar las palabras que forman parte de este mini diccionario corro el peligro de dejar afuera a más de un centenar, pero me resulta tan sabroso como hablan por aquí, que no quería dejar pasar la oportunidad. 
¡La lengua está viva y es evolutiva, a celebrarlo!

viernes, 14 de noviembre de 2014

Villa de Leyva un rincón acogedor...

¡Piérdete! No, no es ningún desaire sino un sabio consejo para todo viajero que pase por aquí. Este pueblito es de esos rincones que se disfrutan sólo de caminar. Pasear sin rumbo fijo, maravillarse con su arquitectura homogénea, respirar aire colonial o simplemente disfrutar su carácter señorial que invita a perderse por calles ambientadas por faroles de luz tenue, que propician momentos íntimos y sirven de inspiración para nuevos romances. Quizás para enamorarnos también un poco de nosotros mismos, y para conectarnos con la simplicidad de las cosas, como el silencio de las noches, el olor de las flores o el canto de los pájaros al amanecer.




La soporífera Villa de Leyva se fue a dormir en 1572 y nunca más se despertó. Se puede vagar libremente por este espacio perfectamente conservado como espectador de otra era u otra realidad. Esa realidad que no vive pendiente del celular y del reloj, sino esa que te regala al unísono, conciencia y emoción. Porque, la soporífera, es uno de esos sitios donde el tiempo se detiene, y en sus bares, cafecitos y hostales, siempre hay un rincón especialmente acogedor para alejarse de los tumultos citadinos.



Hoy quiero contarles un par de cosas de este pueblito de gente amable.  La Villa de Nuestra Señora de Leyva se levantó en lo que fuera hace millones de años un inmenso mar que dejó sus huellas en impresionantes fósiles y reliquias paleontológicas. Hoy pueden verse parte de los vestigios en el Museo El Fósil. 
Además, está asentada justo en el centro del departamento de Boyacá, escenario de mil contrastes y de paisajes tan verdes como hermosos. ¡Observen!



Asimismo, conserva intactas, alrededor de la Plaza Mayor, sus casas blancas de estilo colonial desplegadas en una superficie de 14.000 metros cuadrados completamente empedrados, donde se destaca una pila de agua, ubicada en el centro de la plaza, llamada Ara Sagrada, la cual abasteció a sus pobladores por más de cuatro siglos. 
Fue escenario de  múltiples rodajes como las telenovelas El Zorro y Pasión de Gavilanes, y actualmente cada Agosto desde hace 39 años, se inunda de niños, padres y cometas para celebrarse el "Festival del viento y las cometas".


Asimismo, fue cuna de eminentes próceres como los Antonios: Nariño y Ricaurte (conocido como el héroe de San Mateo). 
Construida según las normas arquitectónicas españolas: fachadas blancas, ventanales y puertas de madera, bellos balcones de influencia morisca son los que constituyen su gracia y su carácter. Hoy es un fiel reflejo de su legado. 




Al observar a las mujeres mayores peinadas con las mismas trencitas de niñas, los sombreros boyacenses, las ruanas, las alpargatas, el hablar y el trato de la gente, el ritmo pausado del lugar, de verdad me pregunto si el tiempo ha seguido aquí su curso normal o más bien se paró desde entonces. Quien sabe...


¡Villa de Leyva manifiesta encanto, romance y misticismo. Esta autenticidad es un activo evanescente en un mundo cada vez más globalizado. Hay que aprovecharlo mientras dure!

Información adicional: 
Cómo llegar en carro: a 177km de Bogotá (sólo tres horitas), por Autonorte con dirección hacia Tunja. http://www.villadeleyva.net/inf_general_ubicacion.php
Cómo llegar en bus: Dirigirse hacia la calle 170 con autopista (Portal Norte de Transmilenio). Tomar bus hacia Tunja en un recorrido de dos horas y media. Desde Tunja salen colectivos hasta las 8.00pm con rumbo a Villa de Leyva y son solo 45 minutos. También puede tomar los buses directos que ofrece Libertadores desde Bogotá, y salen a las 5.30am y 3.30pm en la 170 con Autopista. 

jueves, 6 de noviembre de 2014

El Carriel Paisa: un sentido de pertenencia...

Muchos consideramos que recorrer un supermercado en un viaje es hacer turismo...y levanto la manito aquí, ya que personalmente disfruto descubrir cada visita, cada ingrediente, cada cosita que se me aparece en las góndolas. Pues que les digo, si hace un par de días nomás, me detuve para analizar en detalle la imagen universalmente conocida del personaje cafetero Juan Valdéz. ¡Allí se me presentó el CARRIEL PAISA, ya que este muchacho siempre lleva puesto uno!
¿Me pregunté qué es ese bolsito?
Nada más y nada menos que uno de los referentes culturales más relevantes de Colombia, una mezcla entre clóset y escritorio portátil. 
 Parece que con su uso se sigue una tradición "la de llenar los bolsillos" con diversas cositas como amuletos o con mucho dinero, pues se dice que el elemento era, y es todavía, el banco de los arrieros paisas, quienes, en sus caballos, recorren las fincas y pueblos pagando en efectivo.
Aunque el contenido depende del oficio de cada campesino, generalmente en el carriel también se guarda una toalla, pañuelo, peine, barbera, cortauñas, lima, un espejo y todo lo que el campesino necesite para verse bien presentado. ¡Que tal!



Hablemos de él y su dudosa procedencia...
Es una tradicional prenda de dimensiones funcionales y simbólicas; con múltiples bolsillos, que se transforman en contenedores de la intimidad masculina (y ahora femenina)...
Este elemento, además de colombianísimo, se las trae con su historia. El pequeño se usa desde la Colonia, especialmente por los campesinos de los departamentos de Antioquia, Caldas, Risalda y Quindío. Se caracteriza por sus múltiples bolsillos (que pueden llegar a ser hasta 20! si si dije bien 20!) y por las "secretas" o espacios que solo su dueño conoce. 
El nombre "carriel" tiene muchos orígenes posibles, como la evolución de la expresión inglesa carry all; o podría ser un hebraísmo por la terminación el, que significa "Dios" y que se podría referir a "carr-i-el": llevar todo, incluido a Dios. 
También se cree que guarniel fue su primer nombre y luego pasó a llamarse carriel cuando vinieron los extranjeros durante la colonización antioqueña. 
Sea cual sea su origen, el muy versátil carriel se ha ido adaptando a la topografía montañosa con múltiples arrugas y espacios compartimentados que dividen distintos aspectos de la vida.


Los carrieles originales se hacían con piel de nutria u ocelote y con jaguares, canguro rojo o perro de monte, cuando estos animales se cazaban sin ningún control. Hoy se usa la piel de becerro (o ternero), y es cosido a mano o con máquina Singer de 1912.

Como ofrenda...
Como forma de rendirle homenaje y como símbolo de los arrieros o cowboys que recorren montañas en sus caballos, llenando el paisaje de colores y texturas, cuando personalidades del mundo visitan Colombia, es prácticamente una costumbre obsequiar uno.
Aquí les muestro algunos muy contentos con su carriel...

En la reciente visita del Príncipe Carlos a Colombia (Noviembre 2014)

París Hilton también se le animó al carriel.

El Papa Juan Pablo II luciendo uno en el año 1985.

 Pueblos carrieleros...
Los dos pueblos conocidos por su artesanía son Jericó y Envigado, aunque la autenticidad se le otorgó al primero en 1973 con la Orden del Carriel. Fue declarado Patrimonio Cultural del Municipio en 2009 y actualmente, se encuentra en trámites para obtener la denominación de origen. 

Para cerrar, quiero compartirles un extracto del poema "Los arrieros" de Carlos Alberto Valle: 
"Blasón heráldico de sin numerosos bolsillos,
todos los secretos están guardados en tu piel,
es emblema del arriero, elegancia y honradez,
es corazón, porque no sabe vivir sin un carriel."
  
¡Ya saben, si vienen por aquí y necesitan un multiusos nómade, no olviden: del paisa al mundo, el antioqueño carriel!